El finde, charlaba con mi sobrino mayor. Nosotros dos tenemos una relación que el resto de mi familia califica como adoración mutua. Y no están errados. Nos apodan 8 y 9, porque cumplimos años con un solo dia de diferencia en enero y andamos siempre uno atras del otro.
En medio de la charla, de pronto, se me ocurrió hacerle una broma. La broma consistía en decirle que tengo novio, es decir, que tiene un tío nuevo. Es que, si bien yo salí con Galeno durante mucho tiempo, nunca le conté, porque una cosa es hacer una broma y otra cosa es hablarle de cosas que no vienen al caso.
- Vos no tenes novio... - dijo y se puso atento.
- Sí. Ahora tengo. Hace poco.
Me miró y miró a mi hermana como si se estuviera preguntando: ¿esto es real?
- ¿Es verdad? - me preguntó.
- Si, mi amor. Es mi novio. Va a ser tu tío, asi como ***, si vos queres.
- ¿Y es peronista? - me preguntó, todo serio.
- ¿Por qué?
- Porque tiene que ser peronista si es tu novio...
- Ah - dije, aguantando la risa - Sí, sí - le dije, siguiendo con la broma.
- Ah - dijo y me miró.
- ¿Te gustaría conocerlo, y que venga la próxima?
- No - dijo, tajante - Tía, mirá, acá tengo a Kitty. Vos me dijiste que te gustaba.
- Ahora que la tía tiene novio, no va a venir mas ' dijo mi hermana, apropósito.
Estalle de risa. Mis hermanas también.
- Mentira.
- *** - lo llame, muerta de amor- es un chistecito ¿si?
Me miró.
- Y si algún día tengo novio de verdad, los va a querer a ustedes, seguro. Yo siempre voy a venir a jugar. Capaz en algún momento jugamos todos juntos.
Revoleó los ojos, algo celoso.
- ¿Y va a ser peronista tu novio, tía?
Me rei. Mis hermanas también. Mi madre, lo mismo.
- Y... capaz que sí, no lo sé, sería bueno pensar parecido en ese sentido, pero veremos mas adelante- dije.
- Yo soy peronista - añadió.
- ¿Y quien te enseñó lo que es el peronismo, gordo?
Es que, yo no le hablo de política. Principalmente, para dejarlo que viva su infancia como tal, alejado de la realidad del país y sus costumbres.
- Papá. Él, vos y yo, somos peronistas. Y ***- dijo en referencia a mi sobrino menor - también.
- Ohhhh. Me vuelvo loca - dije riéndome - Para resumir... ¿entonces traigo a un tio a jugar?
- Nah. No quiero.
- Daleeeee.
- No. No quiero conocerlo.
- Escúchame - le dije y le apoyé una mano en su bracito - Yo siempre te voy a amar mucho, aunque en otro momento capaz tenga un novio. Nadie en el mundo va a cambiar que yo los ame a ustedes y venga a dormir. ¿Estamos ok?
- Sí.
- Bueno, entonces a relajar los calzones y a jugar
Se rió.
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